Con casi cien años de existencia, Grupo Nutresa es una de las empresas más importantes del país. Vende sus productos en 70 países del mundo, tiene operaciones en 15 naciones, cuenta con más de 45.000 empleados y en 2016 alcanzó ventas por más de $8,6 billones. Es una de las seis compañías colombianas con mayor valor en bolsa y una de las seis multilatinas cuya sede principal está en Medellín.

En los últimos años se ha internacionalizado, se ha extendido no solo en el mercado latinoamericano, sino en geografías más distantes como la asiática. Es una compañía que forma parte del tejido empresarial, su historia está atada al desarrollo económico y social de la ciudad y constituye una pieza clave en el proceso de industrialización que Medellín inició a comienzos del siglo XX. Se ha reinventado y ha ejecutado una estrategia que la ha convertido en una de las compañías de alimentos más reconocida en Latinoamérica, no solo por la calidad de sus productos, sino por su compromiso en cuanto a sostenibilidad. Carlos Ignacio Gallego, presidente del Grupo, conversó con la revista Link sobre la importancia de las entidades de cooperación para atraer inversión y acompañar el desarrollo industrial, que trae consigo progreso económico y social.

¿Cuál es el papel de la industria en el proceso de transformación de la ciudad?

El desarrollo empresarial está ligado al desarrollo social. De hecho, está probado estadísticamente que una parte importante de la productividad y la competitividad de la empresa tiene que ver con el medio o con el marco en donde actúa. Casi diríamos que 60% de la productividad corresponde a lo que se hace adentro y el otro 40% a lo que se hace hacia fuera. Grupo Nutresa nació en esta ciudad, tiene algunas de sus empresas más importantes basadas acá y ha estado siempre ligada al progreso y al desarrollo de Medellín.

¿Por qué Nutresa ha permanecido en Medellín?

Cuando nos preguntan por el modelo de negocio de esta empresa, siempre hablamos de tres elementos: las personas, las marcas y la distribución […] Entonces, el hecho de que estas compañías sigan acá, no es solo una razón histórica, porque perfectamente pueden tener sedes en muchos lugares. Estar acá tiene que ver, primero con el talento que hay en la región, que es la fortaleza más grande, y en segundo lugar con un desarrollo muy importante de marcas y desde acá ha podido proyectar ese crecimiento para actuar en otras categorías y en otras geografías.

Este grupo no es el mismo hoy que hace cien años, porque las compañías cambian, se transforman, evolucionan, como lo debemos hacer todos, pero está comprometido con la región, con su desarrollo y sabe que lo que más favorece al desarrollo empresarial es un medio que le brinde las condiciones adecuadas para crecer, ser rentable y poder reinvertir.

En sus orígenes, estas compañías fueron muy locales, pero especialmente después del año 2000 aceleraron el paso para estar presentes en otros mercados, con una mirada de largo plazo, no solo de aprovechar una oportunidad puntual, sino de construir una presencia regional que, tuviera una duración grande y que aportara de manera importante al desarrollo en otros países.

¿Cómo ha sido el proceso de expansión?

Es un proceso que se ha hecho con enorme humildad, porque se trata no solamente de vender en otros lugares lo que vendemos en Colombia, sino que se trata de aprender sobre los clientes, sobre los consumidores, sobre los compradores; se trata de respetar lo local, de valorar el talento en cada una de estas regiones y de construir ofertas de valor diferentes a las de los competidores y mejores, y ganar la preferencia en esos mercados.

Eso se ha hecho venciendo las limitaciones que imponía al comienzo el hecho de que Antioquia fuera por mucho tiempo una región encerrada por estas montañas, donde la falta de una infraestructura adecuada hizo que se mirara hacia adentro, además, porque el país estuvo –por muchos años– limitado por políticas proteccionistas. Este es un grupo que cree en la conveniencia de la libre competencia, que cree que exponerse a otros mercados y a otras culturas, a consumidores más exigentes nos hace mejores, un grupo que se atrevió en 1961 a hacer la primera exportación de café procesado a Asia y que hoy tiene inclusive operaciones propias en el Sudeste Asiático.

¿Cuál es la importancia de una entidad como la ACI Medellín para contribuir al desarrollo de las compañías y de la ciudad?

Resaltaría la importancia que esta entidad tiene para construir una mentalidad más global en Medellín. Tal vez lo que uno más necesita para internacionalizarse es mentalidad, una apertura mental que le permita mirar al otro, respetarlo, tratar de aprender, valorar lo nuestro, pero saber que puede haber cosas mejores en otros lados; tratar de aprender rápido, de combinar las fortalezas que hay en lo local con las que hay en lo internacional; entender que las nuevas formas de ver el mundo y la diversidad son una riqueza y no una amenaza; tener la apertura para comprender que los negocios tienen que cambiar y evolucionar y que eso no es malo, es natural. Entender que no se puede internacionalizar solo una compañía, sino una sociedad y ese es el camino que ha venido recorriendo Medellín, superando etapas muy difíciles, superando violencia, pobreza y desigualdad y entendiendo que sí se puede trabajar en conjunto entre lo público y lo privado, que puede haber construcción de lado y lado, que unas instituciones sólidas son buenísimas para que haya desarrollo empresarial y que los empresarios podemos ayudar a que se dé esa simbiosis y que haya desarrollo no solo para los empresarios, sino para la sociedad completa.

La ACI es un facilitador de la internacionalización de la ciudad, debe ser un facilitador de la presencia empresarial, de ese cambio de mentalidad que se necesita para crear un Estado y unas empresas
más conectadas al mundo de hoy, no al del pasado”.

Carlos Ignacio Gallego, presidente Grupo Nutresa.

En estos 15 años, la ACI Medellín ha atraído inversiones por más de USD1.600 millones. Desde su punto de vista como empresario, ¿qué tendría que seguir haciendo la ciudad para que esas inversiones crezcan y haya un mayor desarrollo económico y social?

Las compañías se internacionalizan en muchas formas. Hay compañías que se vuelven internacionales por los insumos, porque usan insumos que no se producen localmente; hay compañías que se vuelven internacionales por los clientes, porque les venden a clientes que están por fuera; hay compañías internacionales por los inversionistas, porque hay personas por fuera que deciden invertir, comprar acciones, que puede que actúen localmente, pero son internacionales; hay otras que se vuelven internacionales porque tienen talento, que no es solo el nacido acá.

Yo creo que a Medellín le convienen todas esas formas de internacionalización, porque en el fondo lo que hay ahí es generación de oportunidades, de ser más competitivos, de tener mejor talento, de atender mercados más grandes, de generar más valor económico y social, de que haya más empleo, más impuestos y más oportunidades.

Esa internacionalización se da de muchas formas, no se logra simplemente regalando recursos, se logra con reglas de juego claras, con estímulos, con buenos servicios públicos, con una mejor educación, mostrando cosas que tenemos y puede que nadie las haya divulgado.

Yo creo que uno de los temas interesantes de la Agencia, pero que no es solo su responsabilidad, consiste en ser un facilitador, un catalizador que hace que todo ese proceso de internacionalización pueda ser más acelerado que el que se da en lugares donde no hay ese tipo de estímulo o facilitación.

Los empresarios estamos permanentemente revisándonos y buscando oportunidades y en este caso la ACI es un aliado que está disponible, actúa con iniciativa, no solamente como demanda; que no está sentado esperando a que lo llamen, sino que trata de generar oportunidades y de acompañar esfuerzos donde la ciudad pueda progresar alrededor de volverse una ciudad más conectada con el resto del mundo. Esa conexión es una necesidad. En algunos casos es muy sencilla; en otros, más elaborada; a veces exige vencer prejuicios o fama por problemas que a lo mejor ya fueron superados; en otros nos toca ser muy realistas y reconocer las dificultades que tenemos, pero mostrar que estamos trabajando para salir de ellas. Creo que ese es uno de los méritos que justifica que exista una entidad como esta.

Cuando ustedes estudian una nueva inversión, ¿qué miran, aparte de la oportunidad de negocio?

En primer lugar miramos el tamaño y la dinámica del mercado; en segundo lugar buscamos ir a lugares donde se vea la iniciativa privada como un desarrollo. No en todos los países es así, nosotros queremos ir donde el sector privado sea visto como un motor de desarrollo, donde se respete la propiedad privada, la libre empresa, la libre competencia; en tercer lugar, nos interesa ir a países donde podamos aplicar las capacidades que tenemos y donde podamos tener aliados que estén dispuestos a combinar sus capacidades con las nuestras. El otro es un análisis del balance entre riesgos y oportunidades para determinar a dónde ir.

Yo creo que la mayoría de las empresas hacen un análisis como el anterior, y ese es un escenario en el que tener una entidad que sea capaz de mostrar las ventajas, los riesgos de manera realista, pero asesorar al que se quiera acercar, puede ser muy importante para el desarrollo de la región. Es más, interactuamos en muchos países en América y en Asia con entidades parecidas a la ACI, que hacen lo mismo. A nivel local hay distintas entidades creadas por los municipios o por los concejos de las ciudades, que promueven a las ciudades y acompañan el establecimiento de empresarios que quieren ir y hacer negocios. Aunque las entidades de orden nacional son muy importantes, realmente uno no llega a instalarse en el país, uno se instala en una ciudad, entonces los aliados locales hacen que el esfuerzo nacional sea posible.

En Medellín todavía hay temor de que vengan empresas extranjeras… Por eso, hay que crear mentalidad. Cuando yo digo exponerse a otras culturas, a otros mercados, a otros consumidores, a otras personas es una fuente de crecimiento y no un problema. Esa es la mirada, o sea, se trata de alejarnos del proteccionismo y trabajar más en productividad, en competitividad, en el desarrollo del talento, en el uso de la tecnología, lo cual es más valioso que las protecciones.

La ACI lo ha venido haciendo, incluso viró de solo captar recursos de cooperación a atraer inversión… Lo que yo he visto en el mundo es que entidades como la ACI llegan a ser como la oficina de desarrollo de la ciudad, y la buscan adentro y afuera. Por ejemplo, la DCOA (Development Corporation of Abilene) en Texas tiene una oficina de desarrollo de la ciudad y por eso le interesa fomentar no solo las empresas de afuera, sino también las de adentro y desarrolla todos los frentes que se requieran.

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